El esclavo de su dama
Edited by Emma Blake, Jessica Bowman, Savannah Heath, and Mekenzie Erickson
Novela
En la noble, grande y rica ciudad de Milán((Milán en este momento a finales del siglo XVII, era territorio de España. Esta novela fue escrita después de la Gran Plaga de Milán (1629-31) y antes de que Napoleón la conquistara en 1796. Se refiere a la ciudad actual de Milán, Italia)), vivía un caballero principal a quien acompañaban los bienes de fortuna. Tenía un hijo galán y bien entendido. Puso (como dicen) los ojos en una señora hermosa, bien nacida y de grandes conveniencias, única en casa de sus padres, que se llamaba Laura. Esta señora estaba muy gustosa de tener por galán a Lisardo (que este era el nombre del caballero). Viendo los padres de entrambos que era una boda muy conveniente. En breves pláticas, ajustaron los tratados y concluyeron el casamiento. Los padres de Lisardo quisieron mostrar el gusto y poder en los coches, libreas((Sirvientes o esclavos vestidos con la librea del uniforme. En esta época, los sirvientes a menudo se daban comos obsequios para la nobleza.)), galas y joyas con que regalaron a su querida nuera. Todo lo que fue favorable la fortuna hasta aquí lo fue contraria después. Y a la dulzura de este gusto puso el acíbiar((áloe)) siguiente.
Una noche que Lisardo iba [a] hablar a su querida dama (que no perdonaron la fineza de hurtar al sueño aquellos ratos de descanso), al entrar por la calle, dos hombres, codiciosos de las joyas y rica capa, le embistieron a estocadas para quitársela. Lisardo sacó animoso la espada y castigó el atrevimiento. Porque a breves idas y venidas cayó el uno muerto a sus pies, y el otro mal herido pedía confesión. A estas voces fue la justicia, y Lisardo se retiraba a su casa y topando la ronda aceleró el paso, y fue motivo para que con más cuidado le siguieran los ministros. Y viendo que no se podía librar de sus manos, tomó una esquina y disparó una pistola. Dieron las balas al Juez. El natural susto que da el trueno, y ver mal herido al ministro detuvo a los porquerones((Corchete o ministro de justicia encargado de prender a los delincuentes o malhechores y llevarlos a la cárcel)) y tuvo lugar de retirarse Lisardo a un convento, y dio cuenta a sus padres, y a Laura que no digo lo que lo sintieron porque como les falta tanto que sentir (no me quiero detener porque pide mucha prisa el sacar de Milán a Lisardo) que la justicia hacía grandes diligencias para saber dónde estaba. La diligencia y cuidado de los padres libraron del peligro al amado hijo, y le enviaron a Génova((Génova era su propia comuna y una ciudad portuaria, siendo y un buen destino para salir en barco. Génova se convirtió en comuna autónoma en 1284 (después de vencer a la República de Prisa) hasta que fue conquistada por Napoleon a finales del siglo XVII. Se refiere a la ciudad actual de Génova, Italia)), y se embarcó para Marsella((Situada en la costa, Marsella era un centro comercial de Francia. Vinculaba las colonias norteafricanas de Argelia, Marruecos, y Túnez con Francia metropolitana. Tenía muchos bares, burdeles, y tenía fama de ser un lugar de tratos deshonestos. (Aunque también tuvo muchas iglesias y sinagogas.) Se refiere a la ciudad actual de Marsella, Francia.)).
Al ponerse en el navío, dejó poder a un tío suyo que le acompañó. Para que se desposase con Laura porque no podía vivir sin la seguridad de que Laura era suya. Hicieronse a la vela al aire de los suspiros del afligido caballero, navegaron con felicidad tres días, pero después empezó el mar a hacer de las suyas y enseñar lo que sabe hacer cuando entumece las olas, encrespa las espumas y braman los vientos. Moviese una deshecha borrasca que les echó a las costas de Cataluña((La costa de Cataluña fue la costa del noreste de España. Ahora está conocido como la Costa Brava y se extiende desde la ciudad de Blanes hasta la frontera francesa.)), y porque estaba maltratado el navío y los pasajeros se retiraron a los alfaques de Tortosa((Tortosa está entre Barcelona y Valencia. Se encuentra a 50 km (31 millas) al sur de la montaña Coll de Balaguer. Se refiere a la ciudad actual de Tortosa, España. María Egual nació en Castellón, España, que se encuentra a 115 km (71 millas) de Tortosa. Es probable que visitara la ciudad de Tortosa y conociera la zona, por eso hay tantas descripciones geográficas en la novela. Ella conocía el área.)), estuvieron allí algunos días esperando tiempo para proseguir su viaje. Tuviéronle favorable hiciéronse a la vela encaminarse a Barcelona((La ciudad de Barcelona está en la costa noreste de España. Fue el centro del separatismo catalán, incluida la revuelta catalana (1640-52) contra Felipe IV. Se refiere a la ciudad actual de Barcelona, España.)) porque habían de dejar unos pasajeros en dicha ciudad. Llegaron a ella, y viendo Lisardo lo magnífico que ostentaba, deseoso de verla y pisar tierra, pidió al capitán si detendrían para que lo pudiera ejecutar. Díjole el capitán que sí. Con esa seguridad, desembarcó con los otros pasajeros.
Entró en la ciudad que le pareció muy bien la hermosura de las calles, lo ostentoso de las casas y ornato de los templos, la bizarría de los caballeros y hermosura de las señoras. En este gustoso embeleso se entretuvo hasta la noche. Y volviendo al muelle para embarcarse, se halló burlado porque el capitán, sin acordarse de Lisardo ni que se le llevaba la ropa, viendo el aire favorable. Se hizo a la vela y en poco tiempo caminó mucho de manera que Lisardo se vio imposibilitado de alcanzarlo. Y así le fue preciso quedarse, no con poca pena, viéndose en tierra forastera donde nadie le conocía, y lo más de todo sin medios. Estaba afligido tanto que pasó al semblante la tristeza del corazón, de manera que reparó en ella un caballero que había salido a divertirse al mar, y viendo un mozo tan galán, le preguntó le dijera la causa de su tristeza. Lisardo respondió diciendo como era un pasajero que llevado de la curiosidad de ver la ciudad, había desembarcado aquella mañana con la seguridad de que se había de detener la embarcación, que cuando había vuelto se había hallado sin ella ni la ropa, pues, se la habían llevado y como se veía sin más caudal que el que llevaba encima, no podía dejar de tener gran pesadumbre. El caballero entonces le dijo,
—Veníos a mi casa y en ella estaréis hasta que tengáis ocasión de proseguir el viaje.
Agradeció Lisardo el favor que le hacía, y como estaba en tan desdichado paraje, admitió el ofrecimiento. Fuéronse y mandó el caballero le diesen cama y cena. Estuvo algunos días, y como Lisardo estaba dotado de prendas tan estimables, robó la voluntad al caballero de manera que deseaba no se fuera de su casa. Y así le dijo un día que habiendo conocido y visto su buen proceder, estaría gustoso se quedase en su asistencia como no le embarazara conveniencia mayor. Lisardo con sus corteses razones le respondió que más gustoso quedaba él en que le contase por uno de sus criados. Quedaron entrambos contentos, y Lisardo esmeraba su prudencia, mirando siempre como dar gusto a su señor. Pasaba allí sus trabajos con más tolerancia, con los favores que le hacían, y también porque tenía una hija el caballero, muy parecida a su querida Laura, que se llamaba Arcisa((Aquí en el manuscrito, el nombre “Arcisa” está tachado y “Narcisa” está escrito en el margen. La personaje se llama Arcisa a lo largo del resto del texto, entonces esta edición utiliza el nombre Arcisa.)). Y aunque a él no se le borraba de la memoria, tenía aquel alivio, mirando cosa que tanto se le parecía.
Una tarde que estaba solo, pensando que nadie le oye, se salió a una reja que caía a un jardín, tomó una guitarra, y para entretener la ausencia se puso a cantar. Acertaron a estar en un balcón que caía al mismo jardín Arcisa y su madre. Y oyendo la dulzura de la voz y destreza del instrumento, quedaron muy agradadas y gustosas de haberlo oído, y le mandaron subiera a cantar. En fin, Lisardo con sus buenas habilidades granjeó la estimación de sus dueños, que fue motivo para que los otros criados envidiosos de ver lo que le querían, procuraron por cuántos caminos podían versele desgraciarían. Pero Lisardo, como era tan atento, no daba ocasión aún a la misma envidia de que tuviese pelo de que asirse.
Pero como era desdichado no le faltó portillo a la desgracia para volverse a introducir. Fue el caso que un día uno de los criados antiguos de la casa estaba en conversación con Lisardo y le contó cómo habría cosa de unos veinte años que estuvo en Milán a tiempo que celebraban unas grandes fiestas, porque se había casado un caballero de los más principales de Milán con una señora muy hermosa y rica, llamada Doña Juana Esforza((La familia Esforza era una familia gobernante, rica y poderosa en el Renacimiento, Italia y tenía su sede en Milán. Su gobierno terminó con la muerte del último miembro de la familia en 1535.)). Así como oyó Lisardo el nombre de su querida madre, ya no pudo contener el llanto y, dando un lastimoso suspiro, se quedó desmayado. Como en tales casos es natural desabrochar la ropa, para que pueda ensanchar el corazón las alas, y dar más aliento a la vida, hízolo aquel criado, y al deshacer el jubón((Vestidura que cubría desde los hombros hasta la cintura, ceñida y ajustada al cuerpo.)), vio que llevaba pendiente de un cordón de oro un retrato quitósele codicioso y reparando en la pintura, advirtió [que] se le parecía mucho a su señora Arcisa, y habiéndole la mala suerte de Lisardo dado tan buena ocasión por malquistarse con su amo, se fue y le dijo cómo la buena ley que le tenía, le había obligado, viendo las demostraciones que Lisardo hacía con su señora Arcisa de corregirle diferentes veces, pero que él ciego en el amor, había despreciado sus consejos, y amenazas; y había pasado a tanto el atrevimiento que llevaba un retrato de dicha señora, y se le había quitado a fuerza de lo que le había dado un desmayo, que allí tenía el retrato para que diese crédito a lo que su lealtad decía. Quedó el caballero con mucha suspensión, y casi dudoso de que en Lisardo cupiese tal atrevimiento, pero mirando el retrato tan parecido a su hija, y ver a Lisardo que estaba como un furioso loco (porque le habían quitado el retrato) dio crédito a lo que le había dicho aquel criado y disimulando el enojo trazó la venganza.
Fíola a aquel criado, y aquella misma noche, le hizo que llevara a Lisardo a un lugar que tenía dos leguas de Barcelona a la orilla del mar, y que le entregase al justicia, con una carta en que mandaba lo que se había de hacer. Fue el pobre Lisardo, obedeciendo lo que su señor le mandaba, bien ajeno de lo que le había de suceder, siendo él mismo el correo de su muerte. Llegaron al lugar, y entregando al justicia a Lisardo y la carta, se volvió el criado muy contento, pensando se ejecutaría la orden que había llevado. Abrió el justicia la carta, y viendo lo que le mandaban, y que en un mozo tan galán había de ejecutar una tan cruel sentencia como era echarle al mar, tuvo compasión y curiosidad de saber qué delito había cometido que tan cruel castigo le mandaban dar. Y manifestándole la carta a Lisardo le instó a que le dijera qué motivo había dado. Se quedó admirado de la ingratitud de aquel caballero, y que ponía a Dios por testigo que no se pensaba haber faltado, sino es antes merecer premio por lo bien que les había servido. Y así le pedía se compadeciese de su inocencia y no le quitase la vida, que él le daba palabra de ir a parte donde no le vieran más. El hombre le concedió la vida, lastimado de los extremos que hacía el afligido Lisardo, pero temeroso no le castigara el caballero por la inobediencia, le llevó al mar, y le puso en un barco de unos pescadores, y le dijo,
—Esto es lo más que puedo hacer por ti. Procura valerte de los Remos, y libra tu vida como pudieres.
Empezó Lisardo a jugar los Remos y dejarse llevar de la suerte que dudaba encontrar ninguna buena en tan ancho mar y tan corto buque.
Dejémosle otra vez luchando con las olas, y vamos á Milán a ver el gusto de Laura. Y de los padres de Lisardo cuando recibieron carta en que les daba aviso de su arribo a Barcelona, y la mucha piedad que había encontrado en un caballero catalán y le parecía que hasta que se ajusta en sus dependencias, era un buen paraje para quedarse. Y si Laura quería hacerle el gusto de ir, podían vivir en Barcelona, pues el cielo le había dado bastantes conveniencias.
Lo expresaba con tales cariños y lo pedía con tantos ruegos que los padres convinieron en que un tío, hermano de la madre de Laura, la acompañase, y llevase donde estaba su esposo. Quedó muy contenta Laura por lo que lo deseaba. Dispusieron el viaje, no con aparato ni ostentación, disimulando la partida de Laura porque no pudieran tener noticia los contrarios adonde estaba Lisardo. Y así con solo el tío y algunos criados, se salió de Milán como que iba a una casa de campo que tenía en las riberas del Po((La casa de campo estaba a orillas del río Po, que atraviesa Italia. Comenzaron el viaje desde la casa de campo y cuando llegaron dos días de Barcelona, enviaron al criado a avisar a Lisardo de la llegada de Laura.)). Caminó Laura muy contenta, deseando llegar al centro de su casto amor. Tuvieron feliz viaje, y a dos jornadas de Barcelona hizo que fuese un criado. Y diese aviso a Lisardo para que saliéndola a recibir adelantase el gusto de verle.
Fue el criado, y preguntando por Lisardo al mismo que le había fraguado la traición que al ver que le buscaban temeroso no se descubriera su engaño. Trazó otro nada menos perjudicial para Lisardo que el primero. Y fue que le dijo que ya días había que faltaba de Barcelona, que se había ido. Siguiendo a una dama valenciana de quien estaba muy enamorado, y que así no tenían que buscarle en Barcelona, que hiciesen las diligencias en otra parte, porque allí de cierto no le toparían. Volvió el criado a dar la infeliz nueva a Laura que al oírla y no perder la vida fue porque su desdichada suerte la guardaba para mayores trabajos. Como estaban tan cerca de Barcelona, quiso Laura pasar, no deseosa de ver la Ciudad, sino es curiosa de inquirir más noticias de aquel criado que le fingió tantas contra el infeliz Lisardo que obligó a Laura a que trocase todo el cariño en odio y aborrecimiento. Y con el deseo de vengar sus zelos, no quiso esperar a que madrugara la aurora a despertar las flores sino es que en las sombras de la noche, y las que llevaba en su corazón. Se partieron para Valencia((Situada en la costa oriental de la Península Ibérica, Valencia fue su propio reino en el siglo XVII. Se creó formalmente en 1238 cuando se tomó la taifa morisca de Valencia en la Reconquista. Como castigo por ponerse del lado de los Habsburgo en la Guerra de Sucesión española, Felipe V de España disolvió el reino de Valencia y su derecho a autogobernarse bajo sus propias leyes en 1707. Se refiere a la ciudad actual de Valencia, España)), y en decir que caminaba celosa.
Expreso la diligencia con que aceleraba el viaje. Llegaron al peligroso paso que llaman Coll de Balaguer((Coll de Balaguer es el paso de las montañas en la costa del noreste de España, entre Valencia y Barcelona. Se sitúa en el punto de la sierra prelitoral catalana con el mar. El paso ha sido una importante línea de comunicación desde la antigüedad. Todavía hay ruinas de un castillo del siglo XIII de la época de la lucha contra los sarracenas. Era peligroso porque ahí era donde los moros hacían negocios.)) adonde le esperaba a Laura uno de sus mayores trabajos. Había en las calas((lugar distante de la costa, propio para pescar con anzuelo.)) escondido un navío de moros((El término “moro” es un exónimo utilizado por los cristianos europeos durante el periodo moderno temprano para referirse a los habitantes de la Península Ibérica y sus alrededores. Este particular grupo de moros en la novela practicaba la piratería y vendía a sus cautivos como esclavos para ganar dinero.)) de Salé((Salé es una ciudad de Marruecos. En el siglo XVII, se convirtió en un refugio de piratas como república independiente. Las principales actividades comerciales de la republica eran la piratería y la trata de esclavos de berbería. Fue fundada por los moriscos, cuyos antepasados fueron deportados en masa por la inquisición española y nominalmente convertidos al cristianismo.)), y al sentir pasajeros, saltaron en tierra, y ¡les cautivaron!
Contentos en la rica presa, [ya] no se quisieron detener, sino partirse contentos a su ciudad a hacer dinero de los cautivos. La pena de Laura y los demás compañeros, él retórico silencio lo podrá explicar porque sería detenerme mucho si había de contar los extremos que la afligida señora hacía. Y así vuelvo a decir como así que llegaron a Salé, y sacaron a vender a la hermosa cautiva, había muchos competidores que sin reparar en precio la querían comprar. Había ido un turco muy poderoso y galán a cobrar el tributo del gran Señor, y así como vio a Laura, enamorado de ella, adelantó tanto el precio que quedó por suya. Llevola a su casa, y no dándole nombre de esclava, sino de muy dueña de su corazón, mandó le pusieran un rico vestido al uso de la tierra. Viendo Laura lo que merecía en el agrado de su dueño, le pidió que comprase a los otros cautivos compañeros suyos. Lo hízolo el moro porque no pensaba, sino es cómo dar gusto a Laura.
Dejemos la esclava y libre, vamos a sacar a Lisardo que días ha que estaba padeciendo a un remo, porque no dando el barquillo en escollo, dio en una Galeaza((Una galeaza es un tipo de barco de gran tamaño que se contruyó durante los siglos XV al XVII. Las galeras más grandes tenían tres mástiles para las enormes velas y hasta 32 remos (cada uno tripulado por cinco hombres.)) de Salé. Apresáronle los moros y le pusieron al bogavante((En el manuscrito dice “bogamante”. Aquí bogavante significa el primer remero de cada banco de la galera.)) que allí padeció lo que se deja entender, y se sabe que hacen los moros con los pobres Christianos((En este época, los cristianos que fueron cautivados por los moros se volvieron esclavos.)). Habían cautivado pocos días antes a una señora del Reino de Valencia que pasaba con su padre a Mallorca((La isla más grande de las Islas Baleares de España)). Y Lisardo aunque no la conocía (y estaba en tan miserable estado por ser mujer) y verla tan afligida procuraba consolarla en lo que podía. Era ya tiempo de invierno y, retirándose las galeras al puerto, sacaron a la Señora Valencia para venderla. Había ido Laura a divertirse al mar en compañía del moro, su galán. Viendo a la pobre mujer que acababa de desembarcar, acordándose de sus trabajos, tuvo piedad de ella y le dijo al moro que la comprase. El moro lo ejecutó, y viendo la señora el semblante de Laura tan hermosa y apacible, pareciéndole que tendría buenos dueños, le pidió con muchas lágrimas le comprase a su padre y a un hermano que quedaban en galera. Laura se lo otorgó porque el moro por hacerle más agasajo. Le digo – se les comprara para ella, dándoles nombre de esclavos de Laura y no suyos. – Enviaron por los dichos esclavos a la galera, que salieron con gran presteza a ponerse a los pies de su señora. Salió Lisardo, aunque en cadena al cuello y grillo al pie, y el desdichado traje de forzado galán. Así como Laura conoció que era Lisardo, confirmó los celos. Viendo la mujer que iba con él, y agradecida a la fortuna que le había dado ocasión para poderse vengar, se volvió muy contenta a su casa. Iba Lisardo más consolado por lo que aquella que él juzgaba mora se parecía a su amada Laura.
Aquella noche todo fue pensar y discurrir el despique de los celos, y no hallando otro mayor que eran los mismos celos así como llegó la mañana, mandó llamar a Lisardo, y le preguntó quién era y en qué tierra había nacido. Él respondió que era hijo de unos padres muy desdichados y la tierra Milán. Instó Laura, —en fin, ¿que sois hijo de padres desdichados y de Milán? Pues, ¿cómo me ha dicho esa cautiva que sois su hermano y del Reino de Valencia?— y prosiguiendo la plática dijo—, No extraño que quien es tan falso no le haya escarmentado los trabajos para que continúe con los fingimientos. Yo tengo un esclavo de Milán que siento os conocerá, y si me habéis engañado lo habéis de pagar con la vida.
Turbado, Lisardo no sabía qué responder y estaba suspenso. Laura, apurada sin poder detener el ímpetu de la pasión, prorrumpió,
—¿Cómo sois tan mal caballero que olvidáis las obligaciones que debéis a vuestra esposa? No estáis contento en la traición que hiciste en Barcelona que aún hasta aquí os portáis tirano con ella. Yo soy la infeliz Laura que me veo por ti en el estado que estoy. Y pues el cielo quiere que me desengañe de los celos y de tu traición, lo que hasta aquí como noble y honrada he sabido guardar ,mi decoro, para que mueras de mí mismo mal, a tus ojos he de querer al moro.
Al oír Lisardo las razones de Laura, y conocer de cierto que era ella, fue el último golpe y revés de la fortuna. Allí fue donde flaqueó el valor, desmayó la fortaleza, titubeó la constancia, y en fin, se desplomó el edificio del sufrimiento. Y echándose a los pies de Laura con un desatinado furor, la dijo que si no pensara que era por despique de sus mal fundados celos, lo que le decía, que allí mismo en su presencia se quitaría la vida. No pudo darle más satisfacción, ni Laura podía oírle porque entró el moro, y el desdichado Lisardo se quedó en la cruel duda, maldiciendo la piedad del catalán que no le quitó la vida. Pasó algún tiempo padeciendo el uno y el otro el tormento referido, pero como la verdad padece, pero no perece, volvió Dios por la de Lisardo por un camino bien extraño. Y fue que cautivando, a aquel mal criado, causa de tantos trabajos y desventuras, le llevaron a Salé. Le conoció uno de los de Laura y le dijo cómo estaba allí aquel catalán que ella había hablado en Barcelona. Deseosa Laura de hacerle más ciertos a Lisardo los celos en lo que aquel criado diría, mandó llevarle a su presencia y llamó a Lisardo para que oyese cuán justificada era su razón.
Llevaron al catalán, y Laura le dijo quién era, y que le había de volver a decir lo que allá en Barcelona le había dicho de Lisardo. El hombre que le oyó nombrar, derramando muchas lágrimas, dijo,
—Señora, no me le nombréis, que harto pago y he pagado un testigo que le levanté con mi amo, el cual le obligó a que airado mandase le echasen al mar. Y a vos, todo lo que os dije de él fue por apartaros de Barcelona que el infeliz caballero ya había muerto. Yo estoy tan arrepentido de lo mal que hice, que daré por bien empleado [que] mandéis me quiten la vida, pues yo privé de ella a un inocente y sin culpa de nada.
Cuando Laura oyó al catalán se enterneció mucho y sintió haberle dado el pesar y celos a su querido Lisardo. Supo también la verdad y quien era la cautiva, y satisfecha de todos sus recelos, trazaron el modo para librarse del cautiverio.
La gran discreción de Laura discurrió que pediría licencia un día al moro, que ya le tenía bien asegurado con algunas fingidas caricias, para que la dejase ir con sus esclavos a pasear con un barco al mar. No pensando el moro lo que Laura tenía trazado, le dio permiso. Fuéronse tomando prevención como de merienda, pusieronse en el barco, y cómo gustando del paseo, se entretuvieron hasta que cerró la noche. Y apoderándose de los moros, se hicieron dueños de la embarcación. Se encaminaron a Génova, que cansada la fortuna de jugar con ellos, les dejó llegar con felicidad al puerto.
Saltó en tierra el tío de Laura para dar aviso a sus padres de los dos amantes y saber en qué estado estaban las cosas de Lisardo, y encontró con un criado de casa de su hermana que estaba para embarcarse para Barcelona. Y le hizo saber cómo iba a dar noticia a Lisardo que la solicitud y ruego de sus padres le habían conseguido el perdón de la vida y entera libertad. Fue luego a dar el aviso a los queridos sobrinos que desembarcaron con gran gusto. Y se partieron para Milán, enviando el criado para que diera aviso a los padres, que fue tanto el gusto que tuvieron que equivalía a las pesadumbres pasadas que se encarece lo bastante. Dieron muchas gracias a Dios cuando supieron de los peligros que la alta misericordia les había librado, y con los parientes y amigos salieron a recibir con gran ostentación a sus amados hijos. Las caricias que se hicieron cuando se vieron son inexplicables. Con este gusto y acompañamiento entraron en Milán, adonde celebraron las bodas con mucho aplauso de toda la ciudad, que lo manifestó con las muchas fiestas que hicieron. Premió Dios los trabajos en darles felicidades lo restante de su vida. Y da fin la historia del Esclavo de su dama.
Diplomatic Transcription
105[r]
El esclavo de su Dama
Novela.
En la Noble, grande, y rica ciudad de
Milan, vivia un cavallero principal aquien ã
compañaban los bienes de fortuna; tenia un hijo-
galan, y bien en tendido, puso como diçen los ojos
en una señora hermosa bien naçida, y de gran-
des conbeniençias, unica en casa de sus padres
que se llamava Laura: esta señora estava muy
gustosa de tener por galan ã Licaredo, que este
era el nombre del Cavallero, viendo los padres
de en trambos que era una boda muy conveni-
ente en brebes platicas. ajustaron los tratados, y
concluyeron el casamiento, los padres de Liçardo-
quisieron mostrar el gusto, y poder enlos coches, li-
breas, galas, y pjoias conque regalaron ã su querida
[105v]
nuera, todo loque fue favorable la fortuna ,asta
aquilo fue contraria despues, y ala dulçura de este
gusto puso el aziuar siguiente. Una no che que
Liçardo yva ablar ã suquerida dama (que no
perdonaron la fineza de urtar al sueño ãque-
llos ratos de descanso) al entrar por la Calle
dos hombres codiçiosos delaspjoias, y rica capa,
le embistieron á estocadas para quitarsela ,Licar-
do saco la espada animoso la espada, y Casti-
go el atrevimiento porque abrebes y das, y veni-
das Cayo el uno muerto asuspies, y el otro
mal herido pedia confeçion, a estas vozes
fue laJustiçia, y Liçardo serretirava asu Ca-
sa, y topando la ronda açelero el paso, y fue
motivo para que con mas cuydado le siguie-
ran los ministros, y viendo que nosepodia li-
brar de sus manos tomo una esquina, y disparo
una pistola dieron las balas al Juez, el natu-
106[r]
ral susto que da el truendo, y ver mal heri-
do al Men<is>tro de tubo alos porquerones, y tubo
lugar de retirarse Liçardo aun Convento, y
dio quenta a suspadres, y áLaura que no
digo losque lo sintieron porque como les fal-
ta tanto que Sentir no mequiero de tener
porque pide mucha prisa el sacar deMilan
a Liçardo, que laJusiticia a çia grandes
diligençias para saber donde estava . la
diligencia ,y Cuyado de los padres libra-
ron del peligro al amado hijo, y le imbia-
ron a Genoba, y se enbarco para Marçe-
lla, al ponerse en el Navio dejo poder ã
un tio suyo que le acompaño para que
se desposase con Laura porque no podia vivir
sin la seguridad de que Laura era suya
[106v]
hizieronse ala vela el ayre delos suspiros
del afligido Cavallero , navegaron con feli-
çidad tres dias ,pero despues empeço elmar
ã hazer delas suyas, y en señar loque save
hazer quando entumeze las olas encrespa
las espumas, y braman los vientos ,moviose
una desecha borrasca queles hecho alas cos-
tas de Cataluňa, y porque estava mal tra-
tado el Navio, y los pasageros serretiraron
a los al faques de tortosa estubieron alli algu-
nos dias esperando tiempo para proseguir su
viage tubieronle favorable hizieronse ala vela
en Caminaronse a Barcelona porque avian
de dejar unos pasageros en dicha Ciudad,
llegaron ã ella, y viendo Lisardo lo mag-
nifico que ostentaba de seosa de verla, y pi-
107[r]
sar tierra, pidio al Capitan si se detendrian pa-
ra que el lopudiera ejecutar , dijole el Capitan
que sigue si, con essa seguridad de sembarco Licardo -
con los otros pasageros , entro enla Ciudad que
le pareçio muy bien la hermosura delas Calles
lo ostentoso de las casas, y ornato delos templos,
la bizarria delos Cavalleros, y hermosura de
las Seňoras ,en este gustoso embeleso se entretu
bo Licardo hasta la noche, y bolbiendo al mue-
lle para embarcarse y se allo burlado porq<ue>
el Capitan sin acordarse de Liçardo, nique
sele llebava laropa , viendo el ayre favorable
se hizo alavela, y en poco tiempo Camino
mucho de manera que Liçardo sebio imposibilitado de
aunque tomando un barco no le podia alcan-
sarlę y assi le fue preçiso quedarse,no con poca
[107v]
pena viendose entierra forastera donde na-
die le conoçia, y lo más detodo sin medios, es-
taba afligido tanto que passo al semblante la
tristeza del Coraçon, de manera que reparo
en ella un Cavallero que avia salido adi-
vertirse al mar, y viendo un mozo tan galan
lepregunto le digera la causa desutristeza,=
Liçardo respondio diçiendo como era unpasagero
que llevado dela Curiosidad de ver la Cuidad
avia de sembarcado aquella mañana, con la se-
guridad de que se avia de detener la Embarca-
cion , que quando avia buelto se avia allado
sin ella, nila ropa, pues sela avian llevado, y
como se veya sin mas caudal que elque lle-
bava en sima, nopodia dejar de tener gran
pesadumbre, el Cavallero entonçes le dijo ve-
nios ã mi Casa, y en ella estareis hasta que,
108[r]
tengais ocaçion de proseguir el viage, ãgrade-
çio Licardo el favor que le hazia, y como esta-
ba entan desdichado parage admitio el ofreçi
miento, fueronse, y mando el Cavallero le diesen
Cama, y zena estubo algunos dias, y como Lisardo
estava dotado deprendas tan estimables robo-
la voluntad al Cavallero , de manera que de
seaba nosefuera de su casa, y assi le dijo un
dia que aviendo conoçido, y visto su buen pro-
çeder estaria gustoso sequedase ensu asistençia Co-
mo no le embaraçara Combeniençia mayor,
Lisardo con sus corteses raçones le respondio que
mas gustoso quedava el, enquele contase por uno
desus Criados, quedaron entrambos contentos, y
Lisardo esmeraba suprudençia mirando siempre
como dar gusto a su señor, pasava alli sus travajos
con mas tolerançia , con los favores quele hazian
[108v]
y tambien porque tenia una hija el Cavallero
muy pareçida a su querida Laura quesellamaba
Narçisa Arçisa, y aunque ã el nosele borrava dela memo-
ria, tenia aquel alibio mirando cosa quetanto
sele pareçia, una tarde que estava solo pensando
que nadie le õya, sesalio auna reja que cäya
aunjardin ,tomo una guitarra, y para entre
tener la ausensia sepuso ã Cantar, açentaron
ã estar en un balcon que cäya almismo jardin
Arsisa, y su madre, y oiendo la dulçura dela
voz, y destreza del instrumento quedaron muy
agradadas, y gustosas de averle oydo, y le man-
daron subiera ã Cantar, en fin Lisardo con
sus buenas abilidades grangeo la estimaçion de
sus dueños, que fue motivo paraque los otros
Criados en bidiosos de verloquele querian pro
curaron por quantos caminos podian ver séle
109[r]
desgraçiarian, pero Lisardo como era tan atento
no dava ocaçion aun ala mesma inbidia ,de que
tubiese pelo de que asirse, pero como era desdichado
nole falto portillo ala desgraçia para bolverse ã
introduçirse; fue el Caso que un dia uno delos∽
Criados antiguos dela Casa estava en conversa-
çion con Liçardo, y le conto como abria cosa de
unos veinte años que estubo enMilan atiempo
que çelebraban unas grandes fiestas, porque se avia
Casado un Cavallero delos más prençipales de
Milan con una Señora muy hermosa, y rica
llamada Doña Juana Esforçia, assi como oyo
Lisardo el nombre de su queridaMadre ya
nopudo contener el llanto, y dando un lastimo-
so suspiro seguedo desmayado Como en tales
Casos eslo natural desabrochar la ropa para
que pueda en sanchar el Coraçon las alas, y
[109v]
dar más aliento ala vida, saliose isolo aquel
Criado, y al des hazer el jubon vio que lle
bava pendiente de un Cordon de oro un
retrato quitosele codicioso, y reparando en
la pintura advirtio sele pareçia mucho a su
señora Arcisa, y aviendole la mala suerte
de Lisardo dado tan buena ocaçion por mal
quistarle con su amo sefue, y le dixo como-
la buena Ley que letenia ,le avia obligado ,vien-
do las demostraçiones que Lisardo hazia en la
passion que tener a con su señora Arçisa de Corre
girle diferentes vezes, pero que el siego en el
amor avia despreçiado sus consejos, y amena
cas; y avia pasado atanto el atrevimiento que
llevava un retrato de dicha señora, y el sele
avia quitado afuerca delo qual le avia dado un
desmayo, que alli tenia el retrato paraque die-
110[r]
se Credito alo que su lealtad deçia, quedo
el Cavallero con mucha suspençíon, y Casi
dudoso deque en Lisardo Cupiese tal atrevi-
miento, pero mirando el retrato tan pareçido
a su hija, y ver a Lisardo que estava como
un furioso Loco porque le avían quitado el
retrato dio credito alo que le avía dicho aquel
Criado, y disimulando el enojo traço la ven-
gança, fio la áquel Criado, y aquella misma
noche le hizo que llevara a Lisardo a un Lu-
gar que tenía dos leguas de Barçelona ala ori-
lla del mar, y que le entregase al Justiçia, con
una Carta enque mandava loque se avía de
hazer, fue el pobre Lisardo obedeçiendo lo que
su Señor le mandava bien ageno delo que le
aviade suçeder ,siendo el mesmo el correo desu
muerte. llegaron al Lugar, y entregando al
[110v]
Justiçia a Lisardo, y la Carta , se bolvio el Criado
muy contento pensando se executaria la orden q<ue>
avía llevado, abrio el Justiçia la Carta ,y viendo
loquele mandaban, y que en un mozo tangalan
avía de executar una tan Cruel sentençia Co-
mo era he charle al mar, tubo compaçion, y cu-
riosidad de saber que delito avia cometido,que
tan Cruel Castigo le mandaban dar ,y manifes
tandole la Carta ã Lisardo le insto queledigera
que motivo avia dado, Lisardo sequedo admirado
dela ingratitud de aquel Cavallero, y que ponia
aDios por testigo que nose pensava aver faltado
sino es antes mereçer premio porlo bien queles avia
Servido, y assi le pedia se compadesiese de su inoçen
çia, y nolequitase lavida queel le dava palabra
de ir aparte donde nole vieran mas,el hombre
le concedio lavida lastimado delos estremos
111[r]
que hazia el afligido Lisardo, pero temeroso
nole Castigara el Cavallero porla in obediençia
le llevo al mar, yle puso en un barco de unos
pescadores, y le dixo esto eslo mas que puedo hazer
porti procura valerte delos remos, y libra tuvida
como pudieres, empeso Lisardo ajugar los remos,
y dexarse llevar dela suerte que dudava en
Contrara con ninguna buena entan ancho mar
y tan Corto buque; degemosle otra vez luchando
con las olas, y vamos ãMilan aver el gusto de
Laura, y delos padres de Lisardo quando reçibie-
ron Carta enque les dava aviso de su arribo
aBarçelona , y la mucha piedad que avia en
Contrado en un Cavallero Catalan ,y lepa-
reçia que hasta que se ajustasen sus dependiençias
era buen parage para quedarse, y si Laura queria
hazerle el gusto de hir podian vivir en Barçelona
[111v]
pues el Cielo le avia dado bastantes convenien-
çias, lo expresava Contales Cariños, y lo pedía
Contantos ruegos que los padres Combinieron en
que untio hermano delaMadre de Laura la
ã compañase, y llevase donde estava su esposo,
quedo muy Contenta Laura porlo quelo desea-
va, dispusieron el viage,no Con aparato,ni os-
tentaçión ,disimulando lapartida de Laura porq<ue>
no pudieran tener notiçia los Contrarios, adonde
estava Lisardo, y assi con solo el tio, y algunos
Criados se salio de Milan como que iba auna
Casa de Campo que tenia enlas riberas del Po.
Camino Laura muy Contenta deseando llegar
al centro de su Casto amor, tu bieron feliz~
viage, yados jornadas de Barçelona hizo fuese
un Criado ,y diese aviso ã Lisardo para que sa-
liendola areçebir adelantase el gusto de verle
112[r]
fue el Criado, y preguntando por Lisardo al
mesmo que le avia fraguado la traiçion que al
ver que le buscaban temeroso nose descubriera su
en gaño traço otro nada menos perjudiçial para
Lisardo que el primero, y fue que le dixo que ya
dias avia que Lisardo faltava de Barçelona,
que se avia ydo siguiendo auna dama
valençiana de quien estava muy enamorado
yque assi notenian que buscarle en Barçelona q<ue>
hiziesen las diligençias en otra parte porque alli de
çierto nole toparian, bolvio el Criado adar la in
feliz nueba a Laura que al oírla, y no per der
lavida fue porque su desdichada suerte Laguar-
dava para mayores travajos ,Como estavan tan
Çerca de Barcelona quiso Laura pasar no deseosa
de ver la Ciudad, sino es Curiosa de in quirir,
mas notiçias de aquel Criado que le fingio tantas
[112v]
Contra el infeliz Lisardo ,que obligo a Laura ã
que trocase todo el Cariño en odio, y aborreçimi
ento, y con el deseo devengar sus zelos,no quiso es
perar aque madrugara la Aurora a despertar
las flores sino es que en las sombras dela noche,y
las que llevava en su Coraçon separtieron para
valençia, y en deçir que Caminava Çelosa ex-
preso la diligençia conque açelerava el viage ,llega
ron alpeligroso paso que llaman Coll devalaguer,
adonde le esperava a Laura uno de sus mayores
travajos, avia en las Calas escondido unNavio
de moros deŞalén, y al sentir pasageros saltaron
en tierra, y les Cautivaron, Contentos enlarica
presa y a nosequisieron detener sino csque se fueron partirse
Contentos asu Çiudad ã hazer dineros delos
Cautivos ,lapena de Laura ,y los demas compa-
ñeros, el retorico silençio lo podra explicar porq<ue>
113[r]
seria de tenerme mucho si ãvia de contar
los estremos que la afligida Señora hazia ,y
assi buelvo adeçir Como assi que llegaron ã
Çalen, y sacaron avender ala hermosa
Cautiva avia muchos competidores que sin
reparar en preçio laquerian comprar, avia
hido un turco muy poderoso, y galan a cobrar
el tributo del gran Señor, y assí como vio a Laura
en amorado della adelanto tanto el preçio que
quedo por suya, llevola ã su Casa ,y no dandole
nombre de esclava sino de muy dueña de su co
raçon, mando le pusieran unrico vestido al uso-
dela tierra ,viendo Laura lo que mereçia en el agra-
do de su dueño le pidio que Comprase alos otros
Cautivos Compañeros suyos, hizolo el moro porq<ue>
no pensava sino es como dar gusto ã Laura, dexe-
[113v]
dejemos la esclava, y libre, vamos asacar, ã
Lisardo que días ã que estava padaçiendo aun
remo porque no dando el barquillo en escollo, dio
en una Galeasa de Sale’ apresaronle los Moros,y
le pusieron al bogamanteque alli padeçio loque
se da a entender, y se sabe que hazen los moros
en los pobres Christianos, avian Cautivado pocos
dias antes auna Señora del reyno de Valençia
que pasava Con supadre aMallorca, y Lisardo aunq<ue>
no la Conoçia, yestava entan miserable estado por
sermuger, y verla tan afligida procurava conso-
larla enlo que podía ;era ya tiempo de inbierno
y retirandose las galeras al puerto sacaron ala,
Señora valençiana para venderla ,avia ydo Lau-
ra adivertirse al mar en Compañia del moro
su galan viendo ala pobre muger que ãcabava
de desenbarcar ,acordandose de su travajos
114[r]
tubo piedad della, y le dixo al moro que
la comprase el moro lo executo, y viendo la
señora el semblante de Laura tan hermoso-
y apasible pareçiendole que tendria buenos due-
ños le pidio con muchas lagrimas le comprase
asupadre, y aun hermano que quedavan en galera,
Laura selo otorgo porque el moro por hazerle mas
agasajo le digo seles comprara para ella, dando-
les nombre de esclavos de Laura, y no suyos, em-
biaron por los dichos esclavos ala galera que Salie-
ron Con gran prestesa aponerse alos pies de su Se-
ñora, salio Lisardo aunque en Cadena al cuello,
y grillo al pie, y el desdichado trage de forzado ga-
lan, assi como Laura Conoçio que era Lisardo,
y Confirmo los Zelos viendo lamuger que hiva
Con el, y agradeçida ala fortuna quele avia dado
ocaçion para poderse vengar sebolvio muy con
[114v]
tenta a su Casa, hiva Lisardo mas Consolado por
lo que aquella que el jusgava mora separeçia
a su amada Laura, aquella noche todo fue pensar ,ydis
Curir el despique delos Zelos, y no hallando otro mayor
que eran los mesmos Zelos, assi como llego ala mañana
mando llamar a Lisardo, y lepregunto quien era,y
en que tierra avia naçido, el respondio que era hijo
de unos padres muy desdichados, y latierra Milan ins-
to Laura enfin que sois hijo depadres desdichados,y
deMilan? pues como me ãdicho essa Cautiva que
soys su hermano, y del Reyno de Valençia, y prosi-
guiendo laplatica dixo no estraño que quien es tan
falso no le ayan escarmentado los travajos paraq<ue>
Continue Con los fingimientos, yo tengo un esclavo
deMilan que siento osconoçera, y si me aveis en
gañado lo aveis depagar Con la vida, turbado-
Lisardo no sabia que responder, y estava suspenso
115[r]
Laura apurada sin poder de tener el impetu
dela passion, prorrumpio Como soys tan mal
Cavallero que olbidais las obligaçiones que debeis
a vuestra esposa, no estais contento en la trayçion
que hiziste en Barçelona que aun hasta qui ospor
tais tirano con ella, yo soy la infeliz Laura que me
veo porti en el estado que estoy, y pues el Cielo quie-
re que me desengañe delos zelos, y detu traiçion lo
que asta qui como noble y honrrada hesavido
guar dar mi decoro para que mueras de mi mesmo
mal atus ojos hede querer al moro; al oír Lisardo
las raçones de Laura, y conoçer de çierto que era
ella fue el ultimo golpe y reves dela fortuna ,allifue
donde flaqueo el valor, desmayo, la fortaleza, titubeo
la constançia, y en fin sedes plomo el edifiçio del su
frimiento, y echandose alos pies de Laura con un
desatinado furor la dixo, que sino pensara que era
por despique de sus mal fundados zelos loquele
[115v]
deçia que alli mesmo en Supresençia lese quitaria
lavida no pudo darle más satisfaçion, ni Lau-
ra oírle porque entro el moro, y el mas que des-
dichado Lisardo sequedo enla Cruel duda
maldiçiendo la piedad del Catalan que no
le quito lavida, passo algun tiempo padeçiendo
el uno, y el otro el tormento referido ,pero como
laverdad padeçe, pero no pareçe, bolvio Dios-
porla de Lisardo por un Camino bien estraño,y
fue, que Cautivando, ã aquel mal Criado Cau-
sa de tantos travajos, y des benturas le llevaron
a Salé le conoçio uno delos de Laura, y le dixo
como estava alli aquel Catalan que ella avia
hablado en Barçelona, deseosa Laura de hazer
le mas Çiertos ā Lisardo los zelos enlo que aquel
Criado diria mando llevarle asupresençia, y llamo
a Lisardo paraque oiese quan justificada era
su raçon, llevaron al Catalan, y Laura le dixo
116[r]
quien era, y que le avia de bolver adezir lo que
alla en Barcelona le avia dicho de Lisardo, el
hombre quele oyo nombrar de ramando muchas la
grimas dixo señora no mele nombreis que arto-
pago y epagado untestigo que le levante Con mia-
mo elqual leobligo aque ayrado mandase le ẽcha-
sen al mar, y avos todo loque os dige del fue por
apartaros de Barçelona que el infeliz Cavallero
ya avia muerto, yo estoy tan arrepentido de lo mal
que hize que dare por bien empleado mandeis me
quiten la vida pues yo prive de ella aun inoçente
y sin Culpa de nada; quando Laura oyo al Catalan
se enterneçio mucho, y sintio averle dado el pe-
sar, y zelos asu querido Lisardo supo tambien la
verdad, y quien era la Cautiva, y satisfecha de
todos sus reçelos traçaron el modo para librarse
del Cautiverio, la gran discreçion de Laura discu-
rio que pediria liçençia un dia al moro que yale
[116v]
tenia bien asegurado Con algunas fingidas Cari-
çias, para quela dexase hir Con sus esclavos apa-
sear Con unbarco al mar, no pensando el moro
loque Laura tenia traçado le dio permiso ,fueron
se tomando prebençion como de merienda pu
sieronse en el barco, y como gustando del paseo
se entre tubieron hasta que çerro la noche, y
apoderandose delos moros se hizieron dueños de
la enbarcaçion, se en Caminaron agenova que
Cansada la fortuna dejugar Con ellos le de-
xo llegar Confelizidad al puerto, salto entierra
el tio de Laura para dar aviso asus padres de
los dos amantes, y saber enque estado estanvan las
Cosas de Lisardo, y en Contro en con un Criado de
Casa de su hermana que estava para en barcarse
para Barçelona, y le hizo saber como hiva ã
dar notiçia a Lisardo quela solisitud, y ruego
de sus padres le avian Conseguido el perdon de
117[r]
la vida, y entera libertad tu luego adar el aviso
alos queridos sobrinos que desembarcaron con gran gus-
to, y separtieron para Milan , enbiando el Criado
para que diera aviso a los padres que fue tanto el
gusto quetubieron que equivalia alas pesadumbres
pasadas que se en Careçe lo bastante, dieron muchas
gracias aDios quando supieron delos peligros que
la alta misericordia les avia librado, y con los
parientes, y amigos salieron areçibir con gran
ostentaçión asus amados hijos, las Cariçias quese
hizieron quando se vieron son in explicables, con
este gusto, y a compañamiento entraron enMilan
a donde çelebraron las bodas con mucho aplauso de
toda la Çiudad quelo manifesto Conlas muchas fi-
estas que hizieron, premio Dios los travajos en dar-
les felizidades lo restante de su vida, y da fin la
historia del Esclavo de su dama.
Edition Notes
Online Resources
Works by María Egual
- Poesías de la illustre señora Doña María Egual y Miguel, marquesa de Castellfort [manuscript]
- A un accidente que le dio a una señora
- A un ruiseñor que se puso a cantar al tiempo que una persona estaba contando sus pesares a otro
- A una amiga responde otra con la décima siguiente
- A una señora que pisó una flor de jazmín
- Baile de los trajes
- Coloquio de Don Juan y Lisardo
- Coloquio entre Nise y Laura
- Décima a la inmaculada concepción de María Santísima Señora Nuestra
- El esclavo de su dama
- En alabanza de unos versos
- Letra a lo divino
- Letra para duo a lo divino
- Loa [del Ingenio]
- Soneto acróstico en consonantes forzados
- Soneto en respuesta de uno que le hicieron al autor
Posted
9 December 2021
Last Updated
14 June 2022